Leticia protagoniza un esfuerzo encomiable de unir dos mundos habitualmente separados: el de la educación escolar y el de la producción. La historia habla por sí sola de los enormes efectos positivos que este encuentro produce en la mente y en el corazón de los alumnos.
Pero podríamos hablar también de los beneficios a futuro que el descubrimiento de los mejores esfuerzos locales en materia de producción agraria por parte de los estudiantes del colegio Alcides Carrión, puede a traer a la economía local. La niña Amanda quiere emular a Leticia y otros alumnos quizás quieran seguir también los pasos de Héctor.
El Proyecto Educativo Nacional propone una educación básica articulada a las experiencias de desarrollo local, a fin de que los alumnos pongan a prueba sus aprendizajes en situaciones reales y ensayen esta necesaria relación entre el saber escolar y la vida de la comunidad.
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